Melani Velazquez
Existen comidas que van más allá del sabor. Hay recetas que calientan el corazón. Y la sopa de frijol es una de ellas. Tiene ese poder de regresar a la infancia a miles de personas. En cuanto se da el primer bocado se vuelve el tiempo a cuando la abuela servía el plato humeante y bastaba con un sorbo para sentirse como en casa.
La receta que hoy te traemos no es de una sopa cualquiera. En esta versión, le daremos un giro fresco y cremoso: un toque de aguacate que combina lo tradicional con lo nuevo, todo sin perder la esencia mexicana que lo caracteriza. ¡Lo mejor! Es ideal para estos días de frío.
A continuación, te enseñaré cómo prepararla paso a paso, cómo lograr la textura perfecta, además de compartirte algunos trucos caseros que harán que tu sopa de frijol quede digna de presumirse.
¿Por qué la sopa de frijol nunca pasa de moda?
Además de ser económica y rendidora, la sopa de frijol también es una fuente impresionante de proteína vegetal, fibra y minerales como el hierro y el magnesio. Es una joya nutricional que ha acompañado a las familias mexicanas durante generaciones.
De igual manera, es un platillo versátil: se puede preparar con frijoles negros, bayos o pintos, con caldo espeso o ligero, y se puede servir con chiles secos, crema o queso fresco. ¡Cada casa tiene su versión!
El toque de aguacate no solo le da una textura suave y cremosa, sino que aporta grasas saludables y un sabor equilibrado que contrasta perfecto con lo terroso del frijol.
Ingredientes básicos para tu sopa de frijol con aguacate
Para 4 porciones:
- 2 tazas de frijoles cocidos (pueden ser negros o bayos)
- 1 litro de caldo de pollo o vegetal
- 1/2 cebolla
- 1 diente de ajo
- 1 jitomate grande
- 1 chile pasilla (opcional, para dar color y sabor)
- 1 aguacate maduro
- 2 cucharadas de aceite vegetal o manteca
- Sal y pimienta al gusto
- Queso fresco y totopos para servir
Preparación paso a paso
1. Sofríe los ingredientes base
En una olla, calienta el aceite y sofríe la cebolla, el ajo y el jitomate picados. Si deseas un sabor más profundo, agrega el chile pasilla tostado y desmenuzado.
2. Agrega los frijoles
Incorpora los frijoles cocidos junto con una parte del caldo. Cocina a fuego medio unos minutos para que los sabores se integren.
3. Licúa
Lleva la mezcla a la licuadora y procesa hasta obtener una consistencia suave. Si prefieres una sopa más espesa, añade menos líquido.
4. Regresa a la olla
Vierte la sopa licuada en la olla, agrega el resto del caldo y cocina a fuego lento por 10 minutos. Ajusta la sal y la pimienta.
5. El toque final: aguacate y amor
Sirve la sopa caliente y coloca encima cubitos de aguacate fresco, queso desmoronado y totopos crujientes. Puedes agregar un chorrito de crema o un toque de chile seco molido.
Consejos para una sopa de frijol perfecta
- Usa frijoles de la olla: nada como el sabor casero. Si tienes frijoles cocidos de días anteriores, esta receta es perfecta para aprovecharlos.
- Si se espesa demasiado, añade un poco más de caldo o agua caliente.
- Para una versión más cremosa, puedes añadir una cucharada de crema o leche evaporada al final.
- Guárdala en refrigeración: aguanta bien hasta 3 días y, como muchos guisos mexicanos, ¡sabe mejor al día siguiente!
Variaciones que puedes probar
- Sopa de frijol con chorizo
Agrega trocitos de chorizo dorado antes de servir. Le dará un sabor ahumado y más sustancioso.
- Sopa de frijol con chipotle
Si eres fan del picante, mezcla una cucharadita de chipotle adobado al licuar. El resultado es espectacular.
- Sopa vegetariana con calabaza
Agrega calabacitas en cubos pequeños al hervir la sopa. Aporta color y frescura sin perder el sabor tradicional.
El aguacate: el ingrediente estrella
El aguacate no solo complementa visualmente esta receta, sino que tiene beneficios nutricionales valiosos: ayuda a regular el colesterol, es fuente de potasio y su textura cremosa da ese toque “gourmet” sin complicaciones.
Un consejo: agrégalo justo antes de servir para evitar que se oxide y pierda su color vibrante.
Una receta con historia
En muchas casas mexicanas, la sopa de frijol ha sido símbolo de cariño y sencillez. Se sirve en celebraciones, pero también en esos días tranquilos donde el alma pide algo tibio y familiar.
Es por esto que esta receta es mucho más que solo un platillo: es una forma de conectar con lo simple, lo auténtico y lo delicioso.
Prepararla no solo es fácil, sino que te regala un momento de pausa, un respiro entre la rutina. Pruébala, disfrútala y compártela con quienes amas.
Si quieres conocer más recetas como estas, entra a Recetas de Tía Meche. En el blog encontrarás ideas caseras, postres tradicionales y consejos de cocina mexicana que te harán volver a los sabores de siempre, con un toque nuevo en cada plato.
